lunes, 9 de noviembre de 2015

UNA CANCION DE GOVEL GOBB



Esto de que determinadas canciones te traigan poemas a la cabeza me recuerda una pequeña encuesta que hizo hace un tiempo la señorita Gabriella Literaria sobre qué música escuchábamos los escritores a la hora de ponernos a escribir.
Eso me ha hecho caer en la cuenta de que tengo bastantes canciones, escritas al calor de otras canciones que he oído, las cuales me encanta compartir con los amigos en una suerte de mezcla entre escritor y discjockey.
Así pues prepárense para otra breve velada literario-musical de la mano de su DJ-storyteller preferido.
En este caso de la mano de "El viejo del mar" interpretado por los maravillosos Baby Gramps, y de la pluma de este que les escribe: una canción de Govel Gobb.

En fin, Gabriella, llego tarde pero aqui tienes mi pequeña aportación musical.

¡Dadle al play!


Govel Gobb and the Sea Stone
-Govel Gobb y el guijarro marino-

Allí junto a la orilla
se sentaba Govel Gobb
con un guijarro en la mano.
Lo lanzaba y lo recogía
hasta que cansado del juego
lo arrojó lejos con un mohín.

Una gaviota le dijo:
¿Qué esperas arrojando un guijarro al mar,
Govel Gobb, el del sombrero de mirlo?

Y Govel Gobb dijo:
Una vez tuve un amigo,
jugamos shinty un millar de veces,
pero un día se alejó:
Cuando ese guijarro vuelva del mar
espero verlo de nuevo.

Allí junto a la orilla
se sentaba Govel Gobb
con un cobre en la mano.
Lo pasaba de un dedo a otro
hasta que cansado del juego
lo lanzó lejos arrugando la nariz.

Un cangrejo le dijo:
¿Qué esperas lanzando un cobre al mar,
Govel Gobb, el del sayo raído?

Y Govel Gobb dijo:
Una vez tuve unas botas de cuero verde.
recorrí con ellas muchos caminos
pero un día las perdí, tras una borrachera:
Cuando esa moneda me traiga el mar
espero que alguien me las devuelva.

Y allí junto a la orilla
se sentaba Govel Gobb
con una concha en la mano.
La acercaba a su oído y sonreía
hasta que cansado del juego
la arrojó a las olas con fuerza.

Un pequeño pez le dijo:
¿qué esperas tirando una concha al mar,
Govel Gobb, el de la hoja de alerce,
no sabes que el mar está lleno de conchas?

Y Govel Gobb dijo:
Una vez tuve un amor,
nos besamos en cada cruce de caminos
pero un día se fue tras las hojas de otoño:
Si el mar me devuelve esa concha
tal vez la vea de nuevo.

Y dijo el pez:
Yo puedo traerte una de esas tres cosas
porque eres Govel Gobb,
y tienes el corazón triste:
Elije una de ellas y las olas serán generosas.

“De las tres cosas quisiera
-dijo Govel Gobb, el del cuchillo oxidado-
mis botas de hermoso cuero
porque tengo camino por delante
y nada a mi espalda.”

Y el pez se fue nadando
y Govel Gobb bailó para él una danza
hasta que el sol trajo la luna
y entonces se alejó
aún saltando, a veces bailando,
y siempre - siempre - cantando.

Córdoba

09 de Noviembre de 2015.

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